Un Almería gris y perdido durante muchos minutos se lleva el triunfo en Tenerife tras medio partido con uno más y gracias a la salida del belga al campo.
El ‘efecto Ramazani’.
FICHA TÉCNICA.
CD TENERIFE. Dani Hernández; Moore (Valera, m. 78), Pomares, Alberto Jiménez, Sipcic; Javi Alonso, Aitor Sanz, Nono (Jacob, m. 78), Shashoua (Kakabadze, m. 61); Sol (Apeh, m. 78) y Joselu (Sergio González, m. 42).
UD ALMERÍA. Makaridze; Buñuel, Akieme, Maras, Cuenca; Petrovic (Robertone, n. 45), Morlanes; Carvalho (Juan Villar, m. 66), Lazo (Aketxe, m. 66), Corpas (Ramazani, m. 45); y Sadiq (Centelles, m. 85).
ÁRBITRO. Moreno Aragón. Amonestó a los locales Moore y González y a los visitantes Robertone y Maras. Mostró roja directa al local Alberto (m. 40).
GOLES. 0-1: Ramazani (m. 69).
INCIDENCIAS. Partido correspondiente a la trigesimooctava de la Segunda División A, disputado en el Estadio Heliodoro Rodríguez, a puerta cerrada debido a las medidas anti-Covid.
CRÓNICA.
El ‘efecto Ramazani’ ha sido el factor más importante de cara a una victoria tan importante como necesaria para la UD Almería. El cuadro rojiblanca ha vuelto a disputar un partido gris, en el que durante muchos minutos ha aburrido a las ovejas y no ha mostrado ningún plan de acción para ganar, pero que se ha decantado de su lado merced a dos jugadas clave: la expulsión de Alberto al final de la primera parte y la slaida al campo de un Ramazani que le ha dado otro aire al equipo en el ecuador de la segunda.
El Almería sigue a años luz de mostrar hechuras de un equipo aspirante al ascenso, aunque al menos hoy ha cosechado un triunfo que puede suponer una inyección de confianza absolutamente vital de cara a enderezar su errático rumbo de los dos últimos meses.
La expulsión, lo mejor de la primera parte.
Ha sorprendido el Almería, repitiendo alineación con respecto al primer partido de Rubi, y el arranque del choque no ha arrojado prácticamente nada atractivo en campo del Tenerife y sí algunas contras de un Tenerife que salía con la lección aprendida: buscando la espalda de los centrales rojiblancos.
De hecho, la primera aproximación de peligro, no ha llegado hasta cerca del primer cuarto de hora, con un pase filtrado sobre Carvalho que el portugués ha controlado el área sin certeza en el disparo, precediendo a un disparo lejano, flojo y defectuoso de Corpas, al filo del minuto 20.
El partido ha arrojado poco más en la primera parte, pero en su recta final, en el 40, el choque ha experimentado un momento crucial, con una roja directa a Alberto por una entrada escalofriante sobre Carvalho, que le ha traído como consecuencia la roja directa, a la que se ha unido otra más a Ramis por protestar.
Efecto Ramazani
El Almería ha reforzado su ataque con Ramazani y Robertone y nada más pisar el terreno de juego ha tirado a portería, con un disparo del primero de ellos que ha obligado a la parada de Dani Hernández.
Sin embargo, mucho más clara ha sido la del Tenerife en el 51, con un centro lateral que, como siempre, le han rematado al Almería en el área, en este caso Fran Sol que ha regalado el cabezazo, directamente fuera.
El Almería seguía sin entrar en el partido, pero en el 56, una jugada por banda de Lazo en la izquierda se ha paseado por la frontal de la chica y, en el segundo palo, el remate de Sadiq, sólo pero escorado, se ha marchado lejos del objetivo.
Los minutos pasaban y, en el 20, Rubi ha dado entrada a Juan Villar y Aketxe, que nada más pisar hierba ha ensayado desde fuera, bien colocado pero flojo, para la parada de Dani Hernández.
En cambio, el autor del gol ha sido Ramazani, sin duda el futbolista con más olfato del equipo hoy por hoy, un futbolista que apenas juega, que en una contra conducida por Sadiq, con centro preciso para la internada por el centro del belga que, con un recorte mágico, ha superado con el exterior la salida de Dani Hernández.
El Almeria ha parecido controlar el partido a raíz del gol, de los minutos de desgaste del Tenerife con uno menos y a la inyección de confianza que ha supuesto verse por delante. El equipo rojiblanco no ha creado mucho más peligro, pero al menos se ha hecho con el control de un partido que no había dominado ni con uno más.
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